Miguel: Creando espacios emocionales

Espejo de mi mundo

A continuación os presentaré el proyecto "Espejo del Mundo". Es una serie de retratos de personas que me cuentan sobre sí mismas de una manera especial. Quiero que cada lector sea consciente de la fuerza con la que todos nos influimos constantemente y de cuánta belleza y familiaridad hay en cada uno de nosotros, aunque al principio parezca ser una persona extraña.

Al principio de esta serie siempre revelaré una parte de mí que sirve como introducción al tema. A continuación se encontrará un texto de descripción de la persona que presento, combinado con el aspecto que conecta mi historia con la suya. Para que el mayor número posible de vosotros pueda comprender los textos y al mismo tiempo poder preservar la autenticidad de la entrevista, el texto siempre se reproduce primero en el idioma original y luego en una versión traducida. ¡Diviértete leyendo!

Me llamo Hanna Roth, nací el 8 de abril de 1998 en Linz y pasé mi infancia y juventud en Austria, específicamente en Traun (Alta Austria). Todos mis abuelos son o fueron inmigrantes que huyeron o dejaron voluntariamente después de la Segunda Guerra Mundial lo que hoy es Rumania, Transilvania y que en aquel momento todavía se conocía como una región independiente y en gran parte de habla alemana y de religión luterana. Crecí con el patrimonio cultural de Transilvania-Sajonia, pero hoy en día identifico mi hogar a través de la afiliación a un grupo étnico sin territorio nacional, mi nacionalidad austriaca y mi experiencia en el extranjero más bien como un lugar donde me siento en casa que según las fronteras nacionales. Para mí, esto tiene mucho que ver con la gente con la que estoy, pero también con un sentimiento.

Después de graduarme de la escuela en 2017, fui a la Costa Este de los EE.UU., cerca de Washington DC, durante un año como niñera. Actualmente estoy estudiando Lengua y Cultura españolas en combinación con Economía en Salzburgo (Austria) en mi 5º semestre, lo que disfruto mucho y que combina muchos de mis campos de interés. Soy una persona muy curiosa que disfruta escuchar, leer y escribir historias.

Esto es exactamente la razón por la que escribí el texto que estás leyendo ahora mismo. En mi camino de la vida he podido entrar en contacto con innumerables personas especiales. Algunos de ellos han estado aquí desde siempre y siguen estando aquí hoy en día, algunos entraron en mi vida en el transcurso del tiempo, sólo para salir de nuevo o para reaparecer apenas esporádicamente, y algunos estuvieron conmigo sólo por un momentito. Sea como fuere, todas estas personalidades han influido en mi vida y en cierto modo me han hecho la persona que soy hoy. Con el proyecto "Espejo del Mundo" quiero enfocarme en cuánto valor especial y narrativo están presentes en cada uno de nosotros. Por lo tanto, me gustaría presentaros a mi última pareja de entrevista que es uno de los amigos que no hubiera conocido si este año hubiera sido tal y como lo tenía planeado.

MIGUEL: Creando espacios emocionales

Miguel Guijo González habla conmigo a orillas del río bajo el escaso sol de estos días de otoño. Apenas ha empezado su vida en Salzburgo, pero ha venido a quedarse. Está feliz de pasar su día a día aquí, a pesar de la cuarentena se siente bien acogido. No debería sorprender esto pensando en el hecho de que es músico, estudiando en la ciudad natal de Mozart.

Me cuenta que su entorno social le ha llevado adónde se encuentra ahora mismo y que el aspecto más especial sobre su ciudad Valladolid son sus padres, a los que aprecia mucho. Cuando le pregunto por la palabra seguridad, tiene que pensar primero en que su padre es policía. En su casa huele a suavizante de ropa y a velitas aromáticas. Ha pasado algunos de los mejores veranos de su vida en un pueblo en Portugal llamado Peniche, cuando podía desconectar, leer, desayunar y estar en la playa tranquilamente, sin la necesidad de hablar con nadie fuera de aquel lugar.  

Aprecia mucho el tiempo que puede pasar en compañía de chicas, que, según él, suelen vivir en un ámbito mucho más sano y fuera de lo que llama “masculinidad tóxica”. Lo que considera lamentable es que, aunque siendo joven, ya siente que no puede conocer a otra persona sin antecedentes, comparando la situación como adolescente con la actual. Echa de menos poder percibirles a los otros como las mejores personas del mundo sin preguntarse por lo demás.

Miguel es una persona ambiciosa que exige mucho de sí mismo. Explica que, como músico, tienes que vivir con un descrédito constante por parte de otra gente. Lo que es el arte para él no todos pueden percibir ni entender, y como está conectado con tantas emociones personales la influencia de ella en su vida no tiene fin. Opina que es esencial para poder expresarse como ser humano, pero que cuando toca una pieza en su guitarra ni sabe en que se fija, aunque sí está consciente de que no tocará exactamente igual ni una sola vez más en su vida. Destaca que lo importante es lo que se quiere expresar con la música y que depende de la personalidad, de lo que ha vivido el compositor. Como intérprete él también aporta a la obra y dependiendo del punto de vida será distinto lo que sale. El mismo escuchante contribuye igualmente en cómo percibe la música, dependiendo de su estado de ánimo. Es por eso que no se escucha una canción de la misma manera cuando uno está enamorado que cuando está triste.

Aunque tiene una influencia tan destacable en su vida, no se ha decidido por la música por pasión. La guitarra para Miguel significa algo sencillo y él describe su vida como corriente sin fin predeterminado. Me comenta que daría un diario a una versión más joven de sí mismo para poder ver que exactamente es lo que ha cambiado hasta ahora en su vida.

La felicidad para él, al final de cuentas, es un concepto simple: sentirse bien consigo mismo en el momento.
En cuanto a lo que percibe extraordinario en los demás, es cuando una persona vive cosas en una manera que a él le parece bonito o cuando tiene cierta estabilidad mental y emocional. Aunque admite que no suele fijarse mucho en lo que hacen los demás cuando los ve en la calle, Miguel se siente mejor alrededor de otras personas. Además, sí hay un aspecto físico que siempre llamará su atención: una cara adorable con una mirada dulce.

Finalmente, me cuenta de un concepto que ya hablamos en momentos anteriores a esta entrevista: del interés que desarrollamos por otros y de la libertad que damos a los otros en nuestras relaciones personales. Me cuenta que falta mucho el respeto en las relaciones hoy en día y que nos preocupamos por nosotros mismos sin pensar mucho en los demás. Como personas, preferimos hacer lo que queremos sin preguntárselo a los otros, lo que al final puede dañar nuestras relaciones. Para Miguel, es esencial darle a otra persona la libertad como regalo e intentar entender qué es lo que el otro quiere para poder comprender el conjunto que son las relaciones interpersonales. Para ser honesta, esto es exactamente el porqué de este proyecto. Encontramos otra prueba de que todos estamos conectados en una manera que apenas empezamos a entender.

¡Ya no veo la hora de escuchar tu historia también! Háblame si estás listo para formar parte de mi proyecto. 

Hanna

 

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